Durante el año de 1944 las tropas alemanas en Italia defendieron la denominada Línea Gustav con obras de ingeniería de enorme envergadura. Expertos en defensa en profundidad, construyeron túneles por debajo de las montañas, fuertes en cada loma, campos minados, alambradas y trampas antitanque. Los túneles eran verdaderas fortalezas en donde se acumulaban provisiones, medicamentos y municiones; estaban reforzados con vigas de acero y durmientes de vías de ferrocarril. A pesar de los enormes ataques de la artillería aliada, nunca pudieron ser destruidos. Según palabras del mismo general Clark, "más tarde supimos que durante uno de nuestros ataques de bombardeo y artillería más intensos (un ataque en el que arrojamos todo el peso que nuestras fuerzas pudieron reunir contra una zona objetivo relativamente pequeña) en un depósito subterráneo de la montaña un grupo de oficiales alemanes jugaba a las cartas. No se levantaron de la mesa durante todo el transcurso del ataque; nuestro mayor esfuerzo ni siquiera logró desbaratar ese partido de cartas."
A principios de la 2ª Guerra Mundial, unas de las principales tareas de la RAF era la de lanzar octavillas de propaganda sobre Alemania, que instaban al pueblo a derrocar el régimen nazi de Hitler y rendirse a los Aliados. Pero curiosamente, cuando un sencillo ciudadano britanico pidió ver una de las octavillas, le dijeron que no era posible por razones de seguridad, "pues la información alli contenida podría caer en manos del enemigo.
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Curiosidades
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